
Ser feliz es el último propósito del ser humano, según Aristóteles y Marco Aurelio nos deja saber que para tal propósito se necesita muy poco.
Esta frase es un recordatorio de que no necesitamos tener posesiones materiales o alcanzar cierto estatus para ser felices. La felicidad a menudo se encuentra en las cosas simples de la vida, y es importante apreciar y estar agradecido por lo que tenemos. En lugar de esforzarnos constantemente, debemos centrarnos en estar presentes y disfrutar el momento presente. Recuerda, la verdadera felicidad no proviene de factores externos, sino del interior.
Por eso, tomate tu tiempo para respirar y reflexionar sobre el momento presente, mira las estrellas, escucha a las aves cuando adornan la existencia con su melodía y por un momento olvídate de las cosas vanas a las que dedicamos incansablemente nuestro tiempo, como son la búsqueda de cosas materiales para agradar a la sociedad.
Libérate de lo superficial y encuentra tu libertad.
Gracias por pasar.
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